El Retiro. Ramón de Campoamor y Campoosorio
El político, dramaturgo, filósofo y sobre todo poeta Ramón de Campoamor (1817 Navia-1901 Madrid) en su bello monumento de El Retiro, del escultor Lorenzo Coullaut Valera (Marchena 1876- Madrid 1932), está rodeado de sus admiradoras que en su tiempo, él las tenía de todas las edades. Y como para muestra bien vale un botón, de sus Doloras selecciono
Las dos grandezas
Uno altivo, otro sin ley,
así dos hablando están:
-Yo soy Alejandro el rey.
-Y yo Diógenes el can.
-Vengo a hacerte más honrada
tu vida de caracol.
¿Qué quieres de mí?- Yo, nada:
que no me quites el sol.
-Mi poder... -Es asombroso,
pero a mí nada me asombra.
-Yo puedo hacerte dichoso.
-Lo sé: no haciéndome sombra.
-Tendrás riquezas sin tasa,
un palacio y un dosel.
- ¿Y para qué quiero casa
más grande que este tonel?
-Mantos reales gastarás
de oro y seda.-¡Nada, nada!
¿No ves que me abriga más
esta capa remendada?
-Toda la tierra iracundo
tengo postrada ante mí.
-¿Y eres el dueño del mundo
no siendo dueño de ti?
-Yo sé que, del orbe dueño
seré en el mundo dichoso.
-Yo sé que tu último sueño
será tu primer reposo.
-Yo impongo a mi arbitrio leyes.
-¿Tanto de injusto blasonas?
- Llevo vencidos cien reyes.
¡Buen bandido de coronas!
Vivir podré aborrecido,
mas no moriré olvidado
-Viviré desconocido,
mas nunca moriré odiado.
-¡Adiós! Pues romper no puedo
de tu cinismo el crisol.
-¡Adiós! ¡Cuán dichoso quedo,
pues no me quitas el sol!
Y al partir, con mutuo agravio,
uno altivo, otro implacable,
-¡Miserable!- dice el sabio.
Y el rey dice:-¡Miserable!
Rubén Darío escribió estos versos para él:
Éste de cabello cano
como la piel de armiño,
juntó su candor de niño
con su experiencia de anciano;
cuando se tiene en la mano
un libro de tal varón,
abeja es cada expresión
que, volando del papel,
deja en los labios la miel
y pica en el corazón.
Etiquetas: El Retiro
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