27 de septiembre de 2008

Rocinante


D. Quijote, serio, valiente, altivo y con la lanza presta, divisa a los gigantes que le amenazan, mientras Rocinante cansado, con las crines sudadas y los cascos en la tierra, advierte que no pasa nada. No obstante agacha las orejas porque conoce al caballero y sabe que la puede armar.
Obsérvese que no lleva escudo porque naturalmente lo porta su escudero Sancho.

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