Retiro, entrada desde puerta de Alcalá

Flores descendientes de hortalizas u hortalizas descendientes de las flores. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Sorbete de yerbabuena

Es un postre algo sublime que se puede encontrar en esta barra de aluminio sin parangón en la restauración madrileña.

Mujer con flor y soñando. En el Reina. (Thomas Schutte, alemán )

Mujer flexionada en el Reina (Thomas Schutte, alemán )

Entre Reyes

Pueblan la Plaza de Oriente estatuas de reyes de los reinos de España, la mayoría de ellas toscas pues estaban destinadas a verse de lejos, en las fachadas del Palacio de Oriente. Cuentan que alguien pensó que era mucho peso y se distribuyeron entre la plaza de Oriente y el paseo de las estatuas en el Retiro.

En Cuzco y no para de llover

Y hace unos días seguía sin parar de lllover.

Sol con anuncios de Primavera

Los árboles aún sin hojas, pero recibiendo el sol que a buen seguro, pronto los harán brotar.

Goya, escultura de M. Benlliure

También los rayos de sol alegran al maestro de Fuendetodos.

Entrada al parterre del Retiro

Se accede al Retiro con el ánimo de disfrutar de una mañana de sol.

Jóvenes asoleándose frente al Prado

Primeras flores de Primavera

...y aparecen las primeras flores de primavera, aún débiles y dudosas de su existencia.

Arte salvado

Una de las fotografías que recuerdan aquella actuación realizada con la ayuda de diversos museos europeos a los que ahora se les ha dado una medalla de agradecimiento.

Arte salvado

Se oyen sirenas de anuncio de bombardeos en el paseo del Prado para ambientar la exposición de fotografías sobre el salvameto de los cuadros del museo en la guerra civil.

Puerta de Velázquez

Fachada principal del Prado, con sus seis columnas dóricas para algunos insuperables incluso a  la mayoría de las de la Grecia clásica. Y las gentes con su ir y venir.

La historia de Benlliure

Demasiado bella para ser Clio musa de la Historia, donde las guerras habidas  constituyen la parte central del libro. O quizás la esculpió bella por la bella página histórica  del abrazo de Vergara que se representa  también en este monumento a la regenta María Cristina.

Fernando VII en el Prado

La inauguración del Museo del Prado  en 1819 es de lo poco que se ha de agradecer a este nefasto monarca representado aquí en este frontón de la puerta de Velázquez, con su sombrero emplumado, su gola, su capa bordada, su espada, el león a sus pies, y todas las artes y dioses del Olimpo rindiéndole pleitesía.

En torno al Prado en día lluvioso.

Llueve incesantemente sobre Madid

Detalle del monumento a la regenta Maria Cristina

Bello bajo relieve, en este monumento de Benlliure,  en el que en  un primer plano aparecen   la Justicia  con su balanza y  la Libertad con sus cadenas rotas, como los dos grandes pilares en que se basará el gobierno de la regenta María Cristina, rodeada en su trono con doseles, por  los militares y algún que otro obispo o cardenal.

Armazón de un viejo barco

VIPS de Neptuno

Hermoso lugar de periódicos, revistas, libros y otras primeras necesidades, con dignísima carta para desayunos, meriendas , comidas y cenas, y asequibles precios, recién redecorado con macrofotografías de su entorno.

Cielos en Neptuno

Cielos con restos de nubes sin agua. Colores blancos y azules. Y al fondo el Palace en el solar donde estuvo el palacio de los duques de Medinaceli, proyectado y construido en un tiempo record. Un año más o menos. Los incrédulos pueden introducir su mano en la yaga del costado leyendo la placa que lo testifica en el zaguán del hotel.

Cielos Velazqueños

No es extraño después de días de lluvia o de ventoleras encontrar estos cielos en Madrid sobre el Prado, semejantes a los plasmados por el pintor.

Bancos semicirculares frente al Prado.

No se sabe todavía de quién fue el diseño, si de Villanueva o de otra persona bien intencionada, pero a buen seguro que siglos tienen y que han sido bien valorados por los visitantes del museo, ya sea antes de entrar en él o después de salir.

Naufragio en Madrid

Restos de un naufragio en la cuesta Moyano, prueba fehaciente de que en tiempos pasados en Madrid hubo mar,  y  quizás tambien sárgazos y quizás por ello quedamos tantos extraños aquí atrapados.

Cuando desperté, el elefante seguía allí haciendo sus gracias.

Elefante de Barceló

Gran expectación está teniendo el elefante de bronce de Miguel Barceló, de siete metros de altura,  haciendo equilibrio sobre su trompa, y más desde que se anunció que era accesible y se le podía tocar .

Puerta dórica del Prado