Velázquez y la familia de Felipe IV

Hasta el próximo día nueve  se puede visitar. Sería imperdonable perderse esta exposición. Perderse los maravillosos cuadros de las infantas que no tiene el Prado, perderse el Inocencio X, perderse las dos cabezas de Felipe IV, perderse a Mariana de Austria la segunda esposa de Felipe IV y también su sobrina, poco mayor que su hija la infanta María Teresa. Sabido es que Mariana de Austria  fue la madre de la preciosa infanta Margarita y del príncipe de Asturias Carlos, que después fue Carlos II, sin descendencia y final de la dinastía de los austrias debido a esos matrimonios con tanta consanguinidad. 

Y por cierto, la preciosa infanta Margarita fue "condenada " a casarse a los 15 años con su tío y primo el Adónis Leopoldo I de Habsburgo, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1658. El primer parto lo tuvo a los 16 años y murió a los 22 años al parir a su cuarto hijo que era hija. Todo ello, además,  puede ayudar a conocer mejor esta parte de la historia de  este país y de aquella nobleza.

Rastro. Escaparate.

Almirez en un bello soporte para magnificar la cocina, amable mesita baja y rústica con cajoncito, buen muestrario de portarretratos, interesantes láminas enmarcadas  e inclusive ristra de ajos que ahuyentará a los vampiros. Magnífico escaparate.

El Norte

Nos enseñaron que el Norte,  además de señalarlo la brújula, también lo indica el lado de los árboles donde crece el musgo. ( No hay que perder el Norte, creo yo). Pero lo que no nos  contaron es la bella gama de verdes aterciopelados con los que a veces surge este musgo. La naturaleza, aunque sea urbana, a veces nos hace buenos regalos.

El invierno y las risas

A pesar de los árboles sin hojas, a pesar del invierno y sus fríos, a pesar de todos los pesares, de vez en cuando surgen risas o sonrisas que lo cambian todo. Que no nos falten las risas. 

"Es tu risa la espada más victoriosa"

escribió el poeta.

Gran trompeta

Toca  jazz pero en las calles de Madrid toca lo que le pidas.  Es amable. Su repertorio es muy amplio y la música  que interpreta con su trompeta  y con una sola mano, llega a emocionar. En mi modesta opinión, no merece estar en la calle. Nadie merece estar en la calle. Y él tampoco.